Sonatina Boyacense (Bambuco)
Sonatina Boyacense
Iniciando por el nombre y terminando en las matrices rítmicas que le subyacen, la Sonatina boyacense es una obra que refleja adecuadamente la producción del Maestro Valencia, pero ante todo contribuye en la construcción y fortalecimiento de un movimiento de música académica colombiana con el más alto rigor compositivo, en el que interviene decididamente las músicas tradicionales. Esta obra se convierte entonces en elemento obligado de este libro, pues resume los objetivos del mismo en tanto que contribuye en la construcción de un repertorio regional de elevado nivel técnico y artístico que revitaliza los ambientes académicos con música de reconocida calidad. La partitura usada para la versión hace parte del catalogo realizado por el investigador Gómez-Vignes (Gómez-Vignes, 1991)
La Sonatina boyacense compuesta por
Antonio María Valencia en 1935, marca el reinicio de la actividad compositiva
para piano del Maestro, después de cinco años dedicados a otros formatos lo que
resulta notable en vista de que este era
el instrumento de su especialidad (Gómez-Vignes,
1991, pág. 330). La pieza fue estrenada en un homenaje al
compositor e interpretada por Joaquín Fuster, importante pianista español a
quien le fue dedicada (Gómez-Vignes,
1991, pág. 328).
La idea de esta obra surge, según la investigación de Gómez‑Vignes, del encuentro entre el pianista chileno Claudio Arrau y Antonio M. Valencia en torno a una obra interpretada por el primero llamada Sonatina venezolana. Ambas obras —Sonatina venezolana y Sonatina boyacense— comparten elementos como: el tipo de marcación; 3/8; la forma binaria simple, y las sugerencias de interpretación: alegro vivo, etc (Gomez-Vignes, 1991, pág. 331).
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